En Terapia: procesando la autocrítica – Qué hacer con nuestros sentimientos cuando cometemos un error

In Therapy- Working Through...


¡Bienvenidos a la nueva entrada de “En Terapia” para esta semana!
Usualmente tengo una idea bastante clara sobre lo que voy a escribir antes de sentarme a escribir (esto usualmente pasa una semana antes de publicar la entrada). Esta semana no estaba muy segura al respecto; fue hasta el miércoles por la mañana, cuando hice algo que desencadenó una serie de sentimientos en mí, que lo tuve claro.

En resúmen, cometí un error, y esto me llevó a una serie de sentimientos en los que tenía que trabajar.


Esto fue lo que pasó …


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En diciembre programé el espacio para tomar un examen y utilicé un documento de identificación, el cual pensé que era válido para este trámite. Llegué al lugar para tomar el examen, y me dijeron que tendría que reprogramarlo ya que el documento que utilicé no era válido para tomar este examen.


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Mi primera sensación cuando la persona me estaba mencionando esto, fue sentirme decepcionada de mí misma, así como también de vergüenza por tal descuido. Mientras me retiraba del lugar, sin realizar mi examen y esperando que mi teléfono tuviera suficiente bateria para hablarle a mi esposo para que me animara moralmente, otros sentimientos empezaron a surgir dentro de mí.

Esto me costó dinero y tiempo, así que surgió el enojo también. En el viaje de regreso en el tren, me sentí deprimida y enojada y avergonzada. Me estaba castigando mentalmente y criticándome tan fuertemente, que me sorprendí a mí misma, luego de 20 minutos de enfurruñamientos, y de un diálogo interno de auto-desprecio.


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Cuando digo que me sorprendí a mí misma, me refiero a que me di cuenta de lo que me estaba diciendo a mi misma con mis pensamientos y mis reacciones corporales de enojo y desasosiego general. Así que me dije a mi misma lo que le diría a cualquier otra persona, especialmente a mis clientes de terapia, y es acerca de lo que he estado escribiendo aquí:

¡Procésalo! Deja que esos sentimientos vengan y que hagan lo que tengan que hacer, a pesar de lo incómodos y horrendos que puedan ser.

Así que lo hice. Continué enfurruñándome. Seguí estando enojada, deprimida, molesta,
avergonzada y con una actitud crítica hacia mí misma. Pasaron otros 20 minutos y repentinamente empecé a entrar en razón. Mi mente más racional le empezó a hablar a mis reacciones emocionales también válidas.


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Empecé a decirme a mí misma que sí, cometiste un error, pero piensa al respecto. ¿Qué es lo peor que podría pasar? (aparte de sentir todas esas cosas que he descrito, por supuesto).

Así que pensé, bueno, lo peor que de hecho ha ocurrido es que perdí el dinero del tren y del examen, y tendré que pagarlos de nuevo cuando reprograme el mismo y regrese a tomarlo. Esto retrasa mi solicitud, para la cual necesito este examen resuelto, pero no estoy en un apuro real, así que no es un problema enorme.

También, es un dolor el tener que reprogramar el examen y tener que hacer el viaje de nuevo, pero en ese momento lo haré todo bien y habré aprendido de mi error, ¡y podré continuar con mi vida!


¿Qué más ha ocurrido para que valga la pena que me castigue de esta manera?


Puees… pensé, ¡no mucho de hecho! Nadie más sabe lo que pasó, nadie más necesita saber, y si alguien más se enterara seguramente sería comprensivo y me daría apoyo – posiblemente me apoyaría más y me comprendería más de lo que yo misma me he apoyado ¡durante los últimos 40 minutos!

Esa señora que me dijo que cometí un error ve a tanta gente cada hora, que yo soy una
memoria vaga – ¡Si acaso me recuerda! – y no creo que ella me recuerde la próxima vez cuando regrese, y si lo hace, puedo bromear al respecto en última instancia.


Luego empecé a pensar en las cosas buenas que obtuve del viaje. Estaba muy contenta de viajar a la ciudad donde había programado mi examen. Era un poco de tiempo para mí misma, una forma de auto-cuidado – yo con mis pensamientos y solo vagabundear en un lugar al cual casi nunca voy, disfrutando de los alrededores y de mi propia compañía.

¡Ah! Y encontré un bonito lugar – tenía un hermoso nombre, era una mezcla de restaurante/pub/bar ¡la cual amé! Me tomé una taza de té antes de mi examen, y estoy segura de que volveré allí, una vez termine este examen en un par de semanas, ¡y tomaré un bien merecido coctel!

Para resumirlo, mi día completo fue una montaña rusa de emociones y experiencias, algunas de las cuales fueron placenteras, otras no tanto, pero esto me llevó a sacar el mejor provecho de una situación mala.


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Tengo una razón para contarte esta historia, y ahora quiero contarte lo aprendido hoy, que puede ayudarte:

Honra  tus sentimientos – todos los sentimientos son válidos. No será agradable enfrentarse a muchos de estos, o no será agradable tolerarlos por mucho tiempo, pero sentirlos a profundidad te ayudará a limpiar tu atmósfera emocional y te permitirá a progresar y ver lo positivo en lo que podría verse como una situación mayormente negativa al inicio de una mala experiencia.

Procesa tus sentimientos y pasa al otro lado – quedarse estancado con los sentimientos que no son procesados podría enfermarnos mental o físicamente (nuestra energía mental querrá salir de una forma u otra, y el cerebro es muy listo al negociar alternativas, como dolores de espalda, dolores de cabeza y otras dolencias).

Existe al menos una cosa positiva en cada situación negativa. Tómate el tiempo para encontrarla. – Yo no logré llegar a pensar en las cosas positivas de mi día hasta que procesé mi enojo, vergüenza y mi autocrítica.

Algunas situaciones podrían tomar más tiempo que un viaje en tren para ser procesadas. Podría tomar un par de semanas, o incluso meses, pero con el apoyo adecuado – de la familia, amigos o de un profesional de la salud mental como yo – llegarás al otro lado y volverás a sentirte bien contigo mismo e ¡incluso con la situación!

El crecimiento viene de lugares inesperados. – Yo no esperaba pasar por este viaje emocional durante mi viaje en tren a casa, pero aquí estamos, y esto podría beneficiarlos a ustedes, mis lectores.


Espero que mi historia y lo que he aprendido, te sirva cuando estés luchando con la autocrítica y cuando estés castigándote porque cometiste un error, sin importar si fue grande o pequeño.


Si hay algo que quieras mencionar al respecto, deja un comentario debajo o envíame un mensaje por medio del formulario de contacto.


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Traducción por Mayra Alarcón.

 

 

 


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